Esta tarde vienen a traerme los muebles del salón, así que me llamaron para que me pasara por la tienda y terminara de pagarlos. Ayer cogí mis recibos, que eran todo siglas raras y números y me fui para allá.
Ya en la tienda, mete la cajera los recibos en la caja y empieza a sumar con la calculadora lo que tengo que pagarle. No, yo tampoco entiendo por qué no le hace la suma el programa. Como soy curiosa, me asomo a mirar qué leches ponía en la pantalla y en qué mente entraba que un programa de una tienda no hiciera una suma de varios recibos. En la pantalla negra con letra monoespaciada ponía:
COMPA. WENGUÉ ..... X € .... A cuenta: 20% de X
ESTAN. VERDE .... Y € .... A cuenta: 20% de Y
MESAC. BLANCA .... Z € .... A cuenta: 20& de Z
Yo: Perdone... pero... eso de estan. verde no sé yo si está bien... yo he comprado un aparador, no una... estantería?
Cajera: Mmmm pero eso será el nombre del aparador.
Yo: Bueno... pero... aún así no sería verde.
Cajera: Pues... no sé... si quieres, antes de pagar, sube a planta y que te lo comprueben.
Efectivamente, me habían apuntado una estantería de 16 módulos verde pistacho de 2x2 metros. Por suerte, admitieron que había sido su error y confirmaron que hoy me traerán el aparador correcto (que por un casual había en almacén). Luego os cuento qué han traído al final.
Así que, cuando compréis algo, comprobad qué pone en la cuenta... y si son sólo números, confirmadlo doblemente.