El cielo nublado, el aire frío, la bufanda enrollada alrededor de la cara, el gorro calado hasta las orejas, el abrigo abrochado, el jersey de cuello vuelto.... Hoy es un buen día para caminar.
Mientras paseo por las callejuelas del casco antiguo intento no pensar en la cantidad de trabajo que me espera en la oficina, en la casa desordenada que me espera para que la limpie, en los pantalones que esperan a que les haga el bajo, en las personas que esperan que quede con ellas. Intento pensar sólo en mí, pero no sé cómo hacerlo.
Una ráfaga de aire frío me hace cobijarme entre las solapas de mi abrigo y hace que unas lágrimas aparezcan en mis ojos. ¿O estaban ya allí?
Una pareja de señoras de mediana edad toman un café en una terraza envueltas en sus chales mientras discuten sobre sus maridos o sobre los precios cada vez más altos o sobre los hijos adolescentes que no consiguen entender... o simplemente sobre las ilusiones que abandonaron por la vida que tienen ahora y que nunca se harán realidad.
El pasado inolvidable, el futuro inescrutable, las lecciones olvidadas, las obligaciones no pedidas, los compromisos ineludibles, los deseos ocultos,... Hoy es un buen día para llorar.
Mientras paseo por las callejuelas del casco antiguo intento no pensar en la cantidad de trabajo que me espera en la oficina, en la casa desordenada que me espera para que la limpie, en los pantalones que esperan a que les haga el bajo, en las personas que esperan que quede con ellas. Intento pensar sólo en mí, pero no sé cómo hacerlo.
Una ráfaga de aire frío me hace cobijarme entre las solapas de mi abrigo y hace que unas lágrimas aparezcan en mis ojos. ¿O estaban ya allí?
Una pareja de señoras de mediana edad toman un café en una terraza envueltas en sus chales mientras discuten sobre sus maridos o sobre los precios cada vez más altos o sobre los hijos adolescentes que no consiguen entender... o simplemente sobre las ilusiones que abandonaron por la vida que tienen ahora y que nunca se harán realidad.
El pasado inolvidable, el futuro inescrutable, las lecciones olvidadas, las obligaciones no pedidas, los compromisos ineludibles, los deseos ocultos,... Hoy es un buen día para llorar.
6 comentarios:
lo de la lágrima dichosa que te sale sola por culpa del frío es algo curioso y últimamente frecuente. se ve que hace mucho frío por las mañanas...
y con respecto a las personas que esperan que quedes con ellas, tranquila. al contrario que otras tareas, ellas son más comprensivas ;)
Te noto... tensa... XD
Intenta relajarte un poco que no todo es el trabajo en la vidan e intenta vivir el presente y no pensar tanto en el futuro. Además piensa en las cosas que consigues y no en las que dejas atrás que seguro que si haces balance es positivo.
Abrazoooo
Cómprate algo caro que no necesites, veras cómo te anima XD
O un corrector ortográfico para mi firefox, claro.
Quique: Jejeje a partir de la lágrima esa es que se me ocurrió todo esto...
Iván: El problema es que el presente no me deja pensar en otra cosa que no sea el futuro... es muy complejo...
Ferguson: No estoy yo pa muchos gastos, la verdad :P
Todos tenemos lágrimas en los ojos siempre, se vean o no... es lo que tiene la vida. Pero bueno, con el tiempo poco a poco se van yendo, o mejor dicho, siguen ahí pero pasan más desapercibidas.
En fin, no sé ni lo que he dicho. Que el texto aunque de trasfondo triste, muy bonito.
PD: Que lleguen ya las vacaciones, verás como se van lágrimas!
Publicar un comentario