Esta mañana he cogido el autobús como de costumbre en la estación de Leuven para venir al campus de Gasthuisberg. Como habíamos hecho la compra, lo he cogido media hora más tarde y el conductor era distinto. De hecho era una conductora, muy mona ella rubita y muy sonriente. Bueno... rubias, monas y de ojos claros eran ella y las 20 ó 30 chicas que había en el autobús con destino a la facultad de medicina. Todas ellas muy arregladitas, con los vaqueros y los leggings ajustados, sus chaquetillas de cuero y sus pelos rubios y largos muy bien peinados. Vamos, muy belgas.
Total, que me he sentado y me he puesto a cotillear a mi alrededor. Cuando ya casi estábamos llegando al campus, la autobusera ha pegado un frenazo enorme y una de las belgas rubitas y monas se me ha caído literalmente encima. Con el zarandeo del autobús no podía levantarse la pobre y, mientras la autobusera no paraba de pegar gritos al resto de conductores como si fuera una verdulera de la Chana, la muchacha seguía sentada en mis rodillas diciendo "Sory, sory" (que viene a ser, "Lo siento" en Dutch, holandés o como lo quieras llamar).
Al final, la muchacha ha conseguido levantarse y nos hemos bajado del autobús descojonadas risa, ella, yo y todos los que iban en el autobús. Yo me reía principalmente porque pensaba: "Sé de más de uno que hubiese dado lo que fuera por cambiarse por mí" ;)