Lluvioso amaneció el día en que íbamos a visitar la que fuera capital del imperio romano. Desayunamos rodeados de grises nubes que lloraban por la mala suerte que habíamos tenido. Preparamos nuestra comida y nos reunimos todos en la zona de desembarque (creedme, esto último no es tan fácil como parece...).
No habíamos contratado excursión... porque no la necesitábamos. Llevábamos con nosotros a la más maravillosa de las guías... ¡¡Aída!! La muchacha se lo había currado, llevaba la ruta preparada, los sitios de interés... si hasta nos había localizado un sitio para tomar helados y un capuccino... pero no adelantemos acontecimientos, empecemos por el principio.
Animados por lo bien organizados que íbamos en Florencia, se unieron a nosotros Fergu, Iván, Ñete y jp. Así que nos montamos en un autobús (aunque en principio íbamos a ir en tren) y nos encaminamos hacia la bellísima ciudad. Las afueras son como las de cualquier otra ciudad italiana o española pero... el centro históricos... eso ya es otra cosa.
Cogimos el metro hasta el Coliseo...
y luego continuamos por el Foro... donde podimos disfrutar de un agradable paseo sin necesidad de usar los paraguas. De ahí seguimos recorriendo los maravillosos monumentos de la ciudad que parecían crecer en la calle por arte de magia. Cada esquina que torcíamos desembocaba en un nuevo hito arquitectónico internacionalmente conocido. De igual forma, nuestra fantástica guía nos llevó hasta tiendas para que pudiéramos cargarnos de souvenirs. Y la lluvia no impidió que nos tomáramos fotos en todos esos lugares.
Hicimos una pequeña parada para probar la pizza romana y nos encaminamos a la Fontana di Trevi donde todos tiramos una moneda... o más.
Tras visitar el Panteón nos dirigimos a una pequeña cafetería heladería donde descansamos un rato antes de encaminarnos de nuevo a otra serie de monumentos que no relato para no cansar al lector.
Finalmente, llegamos al Vaticano donde alguno parecía que esperaba una iluminación divina... aunque para nuestra desgracia no le llegó y tuvimos que seguir acarreando nuestros paraguas.
Empapados de agua y de emociones regresamos al autobús que nos llevó a nuestro ya familiar SS Oceanic. Esa noche, a bordo había una Fiesta Tropical -ojo a la ironía del destino... fiesta tropical en el día más lluvioso del crucero-, así que nos pusimos en bikini y minifalda y bajamos a la cena...
Después Ana y Quique nos deleitaron con unas maravillosas clases de salsa en nuestro camarote... que empezaba a parecerse al de los hermanos Marx.
En la discoteca había fiesta... pero la lluvia nos había dejado cansados y ateridos y decidimos no acostarnos muy tarde.... algunos.
Sobre las fotos: Poned el cursor en las fotos para ver un titulillo que les he puesto y haced clic en ellas para verlas más grandes.
No habíamos contratado excursión... porque no la necesitábamos. Llevábamos con nosotros a la más maravillosa de las guías... ¡¡Aída!! La muchacha se lo había currado, llevaba la ruta preparada, los sitios de interés... si hasta nos había localizado un sitio para tomar helados y un capuccino... pero no adelantemos acontecimientos, empecemos por el principio.
Animados por lo bien organizados que íbamos en Florencia, se unieron a nosotros Fergu, Iván, Ñete y jp. Así que nos montamos en un autobús (aunque en principio íbamos a ir en tren) y nos encaminamos hacia la bellísima ciudad. Las afueras son como las de cualquier otra ciudad italiana o española pero... el centro históricos... eso ya es otra cosa.
Cogimos el metro hasta el Coliseo...
y luego continuamos por el Foro... donde podimos disfrutar de un agradable paseo sin necesidad de usar los paraguas. De ahí seguimos recorriendo los maravillosos monumentos de la ciudad que parecían crecer en la calle por arte de magia. Cada esquina que torcíamos desembocaba en un nuevo hito arquitectónico internacionalmente conocido. De igual forma, nuestra fantástica guía nos llevó hasta tiendas para que pudiéramos cargarnos de souvenirs. Y la lluvia no impidió que nos tomáramos fotos en todos esos lugares.
Hicimos una pequeña parada para probar la pizza romana y nos encaminamos a la Fontana di Trevi donde todos tiramos una moneda... o más.
Tras visitar el Panteón nos dirigimos a una pequeña cafetería heladería donde descansamos un rato antes de encaminarnos de nuevo a otra serie de monumentos que no relato para no cansar al lector.
Finalmente, llegamos al Vaticano donde alguno parecía que esperaba una iluminación divina... aunque para nuestra desgracia no le llegó y tuvimos que seguir acarreando nuestros paraguas.
Empapados de agua y de emociones regresamos al autobús que nos llevó a nuestro ya familiar SS Oceanic. Esa noche, a bordo había una Fiesta Tropical -ojo a la ironía del destino... fiesta tropical en el día más lluvioso del crucero-, así que nos pusimos en bikini y minifalda y bajamos a la cena...
Después Ana y Quique nos deleitaron con unas maravillosas clases de salsa en nuestro camarote... que empezaba a parecerse al de los hermanos Marx.
En la discoteca había fiesta... pero la lluvia nos había dejado cansados y ateridos y decidimos no acostarnos muy tarde.... algunos.
Sobre las fotos: Poned el cursor en las fotos para ver un titulillo que les he puesto y haced clic en ellas para verlas más grandes.
3 comentarios:
Muchas gracias por las alabanzas a la guía, me ofrezco voluntaria para repetir en la próxima... ¿a donde nos vamos? ;)
Agh, ya llevas 2 días de ventaja sobre mí! Maldición! Espero que las bonitas fotos de las florecillas sirvan para mitigar el ansia que se respira por la lentitud de mis posts xD
Aprovecho para felicitar también a nuestra maravillosa guía, y para insistir en que ella también se cree un blog de estos. En las fotos sólo hay tres blogueros! A qué esperáis!
Desde luego, tuvimos una guía que se portó de lujo. De hecho, yo creo que nos ha engañado y era de allí...
La lástima fue la lluvia, que me parece que fue el comienzo de toda una plaga de enfermedades xD
A ver cuándo es el próximo...
Publicar un comentario