Aguanto la respiración... Silencio. Vuelvo a mirar a izquierda y derecha y retomo mi camino sigilosamente. Es extraño ver los pasillos que rodean la plaza de San Pedro vacíos y oscuros, sin el tumulto constante de los turistas y las largas colas de entrada. Mientras me acerco a la puerta de la Ciudad del Vaticano, vuelvo a comprobar que las credenciales siguen en mi bolso. Lo último que quiero es que un guardia incompetente se ponga a hacer llamadas que despierten a media ciudad y atraigan la atención sobre mí. Es crucial que confirme mis sospechas antes de mañana, antes de que vuelva a matar.
Decido atravesar la plaza en diagonal, tengo prisa y a estas horas la oscuridad es tan absoluta que no necesito esconderme entre las columnas. Miro al cielo, negras nubes se agolpan, ocultando la luna. A lo lejos brilla un relámpago, dotando de un halo de siniestralidad a la plaza. Por el rabillo del ojo me parece ver un bulto algo más oscuro moverse entre las columnas que acabo de dejar. Me doy la vuelta sobresaltada. ¿Quién iba a estar a estas horas aquí? Será mi imaginación, estoy demasiado nerviosa y la vista me causa malas pasadas.
Sigo avanzando con paso decidido, hasta que una nueva sombra se mueve a mi derecha, zigzagueando entre las columnas. No es mi imaginación, aquí hay alguien. Estoy en el centro de la plaza, estoy expuesta, y no llevo ningún tipo de arma. Acelero el paso, casi corro hacia mi destino. El ruido de mis pasos no es capaz de amortiguar el sonido de otros pasos que también han emprendido la carrera. El miedo me invade t echo a correr tan rápido como me permiten mis piernas.
No estoy en forma, sigo corriendo pero mi respiración es entrecortada y me falta el aire. Giro hacia la izquierda, intentando alejarme de mi perseguidor, y me adentro entre las columnas.
Los pasos están cada vez más cerca, intento orientarme, pero la oscuridad absoluta me impide saber si voy en la dirección correcta. De repente, una pared me impide el paso. Palpo la piedra fría y la sigo con las manos, buscando un camino, o al menos un sitio donde esconderme.
Aguanto la respiración... Silencio. No se oye nada, pero sé que está detrás de mí, mirándome. Me vuelvo lentamente. Un relámpago ilumina la escena, apenas un segundo de luz. Pero es más que suficiente para distinguir el cuchillo en la mano derecha y su cara... No, no puede ser,... él no. Un nuevo relámpago ilumina su cara, un rictus de locura borra cualquier duda que pudiera tener, es el asesino y yo, su próxima víctima.
Decido atravesar la plaza en diagonal, tengo prisa y a estas horas la oscuridad es tan absoluta que no necesito esconderme entre las columnas. Miro al cielo, negras nubes se agolpan, ocultando la luna. A lo lejos brilla un relámpago, dotando de un halo de siniestralidad a la plaza. Por el rabillo del ojo me parece ver un bulto algo más oscuro moverse entre las columnas que acabo de dejar. Me doy la vuelta sobresaltada. ¿Quién iba a estar a estas horas aquí? Será mi imaginación, estoy demasiado nerviosa y la vista me causa malas pasadas.
Sigo avanzando con paso decidido, hasta que una nueva sombra se mueve a mi derecha, zigzagueando entre las columnas. No es mi imaginación, aquí hay alguien. Estoy en el centro de la plaza, estoy expuesta, y no llevo ningún tipo de arma. Acelero el paso, casi corro hacia mi destino. El ruido de mis pasos no es capaz de amortiguar el sonido de otros pasos que también han emprendido la carrera. El miedo me invade t echo a correr tan rápido como me permiten mis piernas.
No estoy en forma, sigo corriendo pero mi respiración es entrecortada y me falta el aire. Giro hacia la izquierda, intentando alejarme de mi perseguidor, y me adentro entre las columnas.
Los pasos están cada vez más cerca, intento orientarme, pero la oscuridad absoluta me impide saber si voy en la dirección correcta. De repente, una pared me impide el paso. Palpo la piedra fría y la sigo con las manos, buscando un camino, o al menos un sitio donde esconderme.
Aguanto la respiración... Silencio. No se oye nada, pero sé que está detrás de mí, mirándome. Me vuelvo lentamente. Un relámpago ilumina la escena, apenas un segundo de luz. Pero es más que suficiente para distinguir el cuchillo en la mano derecha y su cara... No, no puede ser,... él no. Un nuevo relámpago ilumina su cara, un rictus de locura borra cualquier duda que pudiera tener, es el asesino y yo, su próxima víctima.
11 comentarios:
Este es un sueño que tuve anoche. Es la consecuencia del calor, de estudiar demasiado y de leer demasiadas novelas de asesinatos... sobretodo antes de dormir.
¡Qué bonitos son los sueños!
Pena que esto no lo sea.
Siento no escribir nada más, pero como comprenderás, no estoy de humor.
Otro día pongo otra cosa más acorde con los sueños... los tuyos, los míos, los de los demás... pero hoy no podré soñar.
A ver.... unos cuantos consejos:
a) Arregla tus problemas pendientes con los posibles asesinos conocidos
b) No vayas al cine a ver pelis de susto acompañada por mí...
c) Cuidaito con lo que lees
d)Viaja más... así tendrás más sitios donde ambientar el próximo sueño ;)
Besitos
Juas, es que Douglas Preston Y Lincoln Child en Italia son peligrosos
Por cierto, me ha parecido cojonudo el relato. Tanto que creo que voy a escribir la continuación. Es que la plaza del Vaticano es genial para estas cosas.
Alayma: Ya sé que tengo q hablar con el señor jp antes de q me acabe matando xD. Lo de las pelis es soportable... y hace el cine doblemente entretenido. Lo de leer... es culpa de Fergu q me deja libros malos (gracias por el libro, niño) y lo de viajar más.. ¿cuándo nos vamos?
Ferguson: Yo seguro q sueño la segunda parte... pero weno, haz tu la segunda y yo sueño la tercera :)
No es por ser pesimista, pero esto está tomando un cariz de «Scary Miauz 3» que no se soporta :P
el comentario de fergu me ha hecho pensar que quizás tu sueño se ha visto influenciado por pendergast y d'agosta yendo de paseo por florencia y visitando gente que explota y esas cosas, ¿no?
si es así, mejor no te leas naturaleza muerta (de los mismos dos colegas), que esa con los campos de maiz (y con las muertes curiosas) da miedo y tó.
P.D: sé que lo de los campos de maíz para acojonar ya está un poco visto, pero resulta sorprendente después de tanto tiempo lo que siguen asustando los jodíos...
He tenido una idea reveladora... ¿pq no escribimos entre todos las partes anteriores y posteriores de la cosa esta? Ya lo explicaré con más detalle a partir del miércoles... así q Fergu, nada de segundas partes, un poco de paciencia :)
Venga, venga, venga, que ya tengo ideas!!!
He aquí la primera neo-víctima. Es que no me puedo resistir al ingenio creativo. Soy débil, lo sé. Ya nos cruzaremos en papiros adecuados.
Publicar un comentario