El sol del atardecer acariciaba los techos de las casas, alargando las sombras de los edificios más altos a la vez que dotaba a la ciudad de un brillo dorado irreal y mágico. En la parte superior del teatro romano las banderas ondeaban al viento, balanceándose tan fuertemente que el sonido de su rápido vibrar se extendía por la cávea y llegaba hasta el proscenio, como parte de una actuación empezada largos siglos atrás, en tiempos del emperador Augusto, pero aún en desarrollo.
Al girar la cabeza para contemplar las grúas que como esqueletos expectantes se cernían sobre los bloques del centro, el viento se enredó en mi pelo, haciéndolo revolotear a mi alrededor a pesar de estar prisionero bajo mi sombrero carmesí. Volví a torcer la cabeza, para intentar ordenar los mechones rebeldes y me encontré mirando a una valla negra que bloqueaba el paso a un parque lleno de columpios coloridos que contrastaban con la tierra amarillenta del suelo.
Una mano sujetó fuertemente mi cintura, haciéndome levantar la vista para encontrarme con unos ojos vivos que me miraban como si quisieran atraparme. En ellos, un mar verde avanzaba desde la pupila alejando los tonos pardos al borde del iris. "¿Qué miras?", preguntó en un susurro. "Los ojos tan bonitos que tienes". Un brillo creció desde el fondo de sus pupilas a la vez que se sonrojaba. "Pero qué cosas dices...", replicó mientras apretaba con más fuerza mi cintura. Con una sonrisa en mi cara, apoyé mi cabeza en su hombro, resguardándome del aire y disfrutando de un atardecer inolvidable.
Al girar la cabeza para contemplar las grúas que como esqueletos expectantes se cernían sobre los bloques del centro, el viento se enredó en mi pelo, haciéndolo revolotear a mi alrededor a pesar de estar prisionero bajo mi sombrero carmesí. Volví a torcer la cabeza, para intentar ordenar los mechones rebeldes y me encontré mirando a una valla negra que bloqueaba el paso a un parque lleno de columpios coloridos que contrastaban con la tierra amarillenta del suelo.
Una mano sujetó fuertemente mi cintura, haciéndome levantar la vista para encontrarme con unos ojos vivos que me miraban como si quisieran atraparme. En ellos, un mar verde avanzaba desde la pupila alejando los tonos pardos al borde del iris. "¿Qué miras?", preguntó en un susurro. "Los ojos tan bonitos que tienes". Un brillo creció desde el fondo de sus pupilas a la vez que se sonrojaba. "Pero qué cosas dices...", replicó mientras apretaba con más fuerza mi cintura. Con una sonrisa en mi cara, apoyé mi cabeza en su hombro, resguardándome del aire y disfrutando de un atardecer inolvidable.
9 comentarios:
Sé que lo digo siempre, pero me encanta cómo escribes.
Cualquier paisaje es bonito a través de tus palabras...
no está nada mal lo de las escapaditas, no...
y no es brisa cartaginesa, sino cartagenera. los cartagineses eran los de anibal y sus elefantes ;)
Un momento que voy a buscar dónde está Cartagena... Vale ya, había acertado, es Murcia xD
Pues sí, como siempre eres muy descriptiva y lo cuentas todo muy bien (además de marcar en cursiva las palabras "raras" para que gente como yo no nos extrañemos demasiado al verlas xDDD). Y lo del movimiento de las banderas que era una obra desde hace tiempos atrás me ha gustado mucho, muy original! La verdad podrías hacerte detective, que fijándote en tantos detalles seguro que no se te escaparía nada de nada.
Estoy de acuerdo con Quique. Las escapadas no están nada mal.
Auron: mira que no saber donde está Cartagena..
¿Soy demasiado heavy y por eso soy el único al que le parece una ñoñez? xD
Es una noñez, pero las noñezes son muy monas.
(MONO GALLITO ON)
A que soy mas heavy que tu ??? Soy Reven333 en last.fm xD
También eres el reven de flickr? xD
A no ser que te hayan agregado varios Reven... .xD
Ok Reven, agregado estas como ya sabrás ;)
Es que ultimamente me da por escuchar BloodBath, Cavalera Conspiracy, Gorgoroth...y eso afecta!
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