Donde había estado el hombre, se alzaba una figura entre las sombras. La muchacha intentó incorporarse pero su cuerpo temblaba y el golpe en la cabeza le había provocado un mareo incontrolable. De repente, sintió que se desataba el nudo del pañuelo y que la abrazadera era cortada con un golpe seco. Una mano se colocó bajo su brazo y la ayudó a incorporarse. La mujer se quitó el pañuelo de la boca y se restregó la barbilla dañada.
- Gra...graaciiaas, - empezó a decir la muchacha mientras se giraba para mirar a su salvador- no sé qué habría sido de mí si...- al clavar sus ojos en la figura su boca se secó y empezó a gritar.
- No grites - pidió con voz suave el extraño personaje.
La muchacha siguió gritando, pero de su boca no salía ningún sonido. Asustada, retrocedió un par de pasos y contempló detenidamente al ser que tenía enfrente. Es un ángel..., repetía una voz en su cabeza. Parpadeó con fuerza e intentó desmentir la afirmación objetivamente. El hombre, si podía llamarse así, estaba completamente calvo y carecía de cejas, lo que hacía que sus ojos completamente negros resultaran más aterradores. No tenía barba ni ningún tipo de vello facial, lo cual encajaba perfectamente con sus rasgos, que parecían los de una mujer joven, sin arrugas ni marca alguna en la piel. El torso, sin embargo, correspondía al de un muchacho sin pelo o cualquier otro rasgo significativo... por no tener no tenía ni ombligo... ni pezones. Sus piernas estaban cubiertas por una falda gris oscura que caía hasta sus pies descalzos. En las manos sostenía dos cimarras largas con empuñaduras negras, una de las cuales goteaba sangre. Pero lo que más le costaba racionalizar a la muchacha eran las dos alas que salían de su espalda. Tenían plumas grises de varios tonos, clareando por la parte que más pegaba al cuerpo y oscureciendo por las puntas. Seguro que son postizas, no es más que un disfraz, intentó calmarse a sí misma la chica, es sólo un chico con un disfraz raro y muy currado.... Como si hubiera leído sus pensamientos, el ser movió las alas rápidamente, elevándose ligeramente en el aire y volviendo a posarse en el suelo suavemente.
- ¿Necesitas alguna prueba más, Maia?
La muchacha negó frenéticamente e intentó hablar, temerosa de que su voz no respondiera.
- Eres un ángel.
- Sí.
- ¿Sabes mi nombre?
- Sí, ¿eso es lo que más te extraña? - preguntó el ángel con una sonrisa irónica- Tienes muchas preguntas y esa no es importante.
Maia sacudió la cabeza y organizó sus ideas.
- Gracias, me has salvado la vida... esto me ha devuelto la fe, jamás volveré a dudar y hablaré con todo el mundo de esto para difundir la palabra de Dios.
- Creer cuando se tienen pruebas no es tener fe - replicó fríamente el ángel -, pero tú ya estabas rezando antes de que yo apareciera... y eso ha evitado que mueras como él. Para ti tengo preparada una muerte sin dolor y rápida, después de que conteste tus preguntas, claro.
Justicia (III)Justicia (y IV)
3 comentarios:
Uouououo, qué velocidad en publicar la segunda parte!
No me imaginaba por nada del mundo que fuera a aparecer un ángel xD Vamos, si yo no me lo esperaba menos la chica de la historia jeje. Y la parte del final, es que la chica va a morir también ahí???
Voy a publicar una parte por día. Y no me seas impaciente. Todo se aclarará con el tiempo :P
Eso sí, puede que tú y yo no tengamos la misma idea de ángel.
Mooooolaaaa.
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