Me agazapé tras la cama, aprovechando el hueco que había entre esta y la ventana para estirarme y comprobar que mi cuerpo iba respondiendo lentamente. ¡Me habían drogado! Pero... ¿por qué? Asomé la cabeza para comprobar que la persona parapetada en mi puerta seguía sin darse cuenta de mi ausencia. El alto personaje, vestido con un uniforme militar, permanecía impasible, mirando a izquierda y derecha del pasillo. Sin hacer ruido, arrugué las sábanas y coloqué los cojines intentando disimular mi ausencia de la cama. Aunque una treta tan burda no me daría mucho tiempo.
La ventana ocupaba media pared, llegando del suelo al techo y la hoja inferior permanecía abierta. Con mucho cuidado me asomé a la ventana. La impresión de la altura me paralizó unos segundos, no recordaba que el bloque fuera tan alto. Calculé que estaría en un 7º o un 8º. En el patio delantero se arremolinaban decenas de personas, ordenadas según los colores de sus uniformes. Una persona se paseaba delante de ellas, dando un discurso acalorado. Como una sola voz, las personas de abajo contestaron a una pregunta. Lo único que me llegó a mí fue la rotundidad de la respuesta, no las palabras. Observé con más detalle la persona que daba el discurso. "Yo conozco a esa persona... esos andares... esa carga sobre el lado izquierdo.... ¡NOO!". Era mi madre, bueno, no me madre biológica... sino la persona que me encontró y me crió. La cabeza me daba vueltas, me alejé de la ventana y me senté, apoyándome en la pared para no desmayarme.
Un suave llanto me hizo volver a la realidad. Salía de un pequeño respiradero situado a mi espalda. "¿Hola?", dije en un susurro. Al otro lado el llanto paró. "Hola....", contestó una voz dulce y suave, "¿Qui-quién eres?". Conozco esa voz. "Patty, ¿eres tú?". "¿¡Mark!?", su propio grito la asustó, "¿Qué ha pasado?", continuó bajando la voz, "¿por qué nos tienen encerrados?". "No lo sé. Tenemos que reunirnos... puedo intentar atacar al de mi puerta", dije mientras comprobaba que mi guardián seguía ajeno a nuestra conversación. "Mmmm, creo que entro por la parte de abajo de la ventana... y puedo seguir por la repisa hasta la tuya", sugirió Patty, siempre tan irreflexiva. "No, no es buena idea", contesté rápidamente, "puedes caerte o pueden verte desde abajo, espera, seguro que hay una solución mejor....". "Pues a mí me gusta esta", dijo la voz de Patty a mis espaldas. Me giré sobresaltado y la ayudé a entrar en mi habitación. "Te podrías haber caído", le acusé mientras la abrazaba, estaba temblando. "El que tiene vértigo eres tú, no yo", me contestó burlona, "y ahora, ¿qué?". "Hay que salir de aquí".
La ventana ocupaba media pared, llegando del suelo al techo y la hoja inferior permanecía abierta. Con mucho cuidado me asomé a la ventana. La impresión de la altura me paralizó unos segundos, no recordaba que el bloque fuera tan alto. Calculé que estaría en un 7º o un 8º. En el patio delantero se arremolinaban decenas de personas, ordenadas según los colores de sus uniformes. Una persona se paseaba delante de ellas, dando un discurso acalorado. Como una sola voz, las personas de abajo contestaron a una pregunta. Lo único que me llegó a mí fue la rotundidad de la respuesta, no las palabras. Observé con más detalle la persona que daba el discurso. "Yo conozco a esa persona... esos andares... esa carga sobre el lado izquierdo.... ¡NOO!". Era mi madre, bueno, no me madre biológica... sino la persona que me encontró y me crió. La cabeza me daba vueltas, me alejé de la ventana y me senté, apoyándome en la pared para no desmayarme.
Un suave llanto me hizo volver a la realidad. Salía de un pequeño respiradero situado a mi espalda. "¿Hola?", dije en un susurro. Al otro lado el llanto paró. "Hola....", contestó una voz dulce y suave, "¿Qui-quién eres?". Conozco esa voz. "Patty, ¿eres tú?". "¿¡Mark!?", su propio grito la asustó, "¿Qué ha pasado?", continuó bajando la voz, "¿por qué nos tienen encerrados?". "No lo sé. Tenemos que reunirnos... puedo intentar atacar al de mi puerta", dije mientras comprobaba que mi guardián seguía ajeno a nuestra conversación. "Mmmm, creo que entro por la parte de abajo de la ventana... y puedo seguir por la repisa hasta la tuya", sugirió Patty, siempre tan irreflexiva. "No, no es buena idea", contesté rápidamente, "puedes caerte o pueden verte desde abajo, espera, seguro que hay una solución mejor....". "Pues a mí me gusta esta", dijo la voz de Patty a mis espaldas. Me giré sobresaltado y la ayudé a entrar en mi habitación. "Te podrías haber caído", le acusé mientras la abrazaba, estaba temblando. "El que tiene vértigo eres tú, no yo", me contestó burlona, "y ahora, ¿qué?". "Hay que salir de aquí".
PD: Esto es un sueño que he tenido esta noche. Aunque terminaba más o menos aquí, me reservo el derecho de seguir o no con la historia.
2 comentarios:
deberías estudiar tus propios sueños, porque que te montes películas como esta debe ser algo malo :P
Tú te has equivocado de carrera, tendrías que haberte metido en rollos de cine pq no veas los guiones que montas xDDD
Eso sí, si se supone que lo que sueñas está relacionado con algo que has vivido/pensado un par de días atrás, ¿qué será? *-)
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