Tomé una decisión, bueno dos, y ahora tengo que asumir las consecuencias de mis actos. No tienen porqué ser consecuencias negativas o positivas, de hecho hay de ambas en los dos casos. Lo que quiero decir es que, después de mucho tiempo pensando y de atreverme a actuar, ahora me encuentro en un punto en el que no había estado hace mucho tiempo. En una página en blanco.
Da un poco de miedo encontrarse con tantas cosas por delante y no saber por dónde empezar a atacarlas. Porque esta nueva página, este nuevo capítulo, no está aislado de los anteriores, es la continuación y quiero ser consecuente con mi forma de vivir hasta el momento, tener en cuenta lo pasado para no volver a meter la pata o disfrutar más del futuro. Lo que tampoco quiero es perder algunos de los folios sueltos o mal pillados que dejé en el capítulo anterior, porque para que se afiancen con el resto, lo que se necesita es tiempo.
El capítulo que se abre delante de mí, me parece apasionante, pero a la vez sé que va a exigir mucha energía y me alegro de poder teneros a vosotros para ayudarme a rectificar los errores que vaya cometiendo y no sea capaz de ver. Sea en el papel que habeis tenido hasta ahora o en otro distinto, os quiero a todos en el libro de mi vida. Los cambios de rol no siempre son buscados o esperados, lo sé, pero no tiene porqué ser malos y espero que sean para bien, sino, ni los habría planteado.
Sois los lectores de mi vida, de vuestra vida y de la vida de la gente que os rodea. Querais o no, siempre estais leyendo pequeños párrafos y decidiendo si quereis seguir con una lectura que os atrae y engancha o, si por el contrario, preferís cerrar para siempre un libro que os aburre. Ya sé que mi vida no es aburrida... aunque no intento que sea así, en muchos momentos agradecería viajar en barco en vez de en avión.
Cada página de un libro es una nueva aventura por vivir, cada párrafo que avanzas puede ser una sorpresa inesperada... espero estar a la altura de los acontecimientos y seguir redactando mi vida, al menos, como hasta ahora.
Da un poco de miedo encontrarse con tantas cosas por delante y no saber por dónde empezar a atacarlas. Porque esta nueva página, este nuevo capítulo, no está aislado de los anteriores, es la continuación y quiero ser consecuente con mi forma de vivir hasta el momento, tener en cuenta lo pasado para no volver a meter la pata o disfrutar más del futuro. Lo que tampoco quiero es perder algunos de los folios sueltos o mal pillados que dejé en el capítulo anterior, porque para que se afiancen con el resto, lo que se necesita es tiempo.
El capítulo que se abre delante de mí, me parece apasionante, pero a la vez sé que va a exigir mucha energía y me alegro de poder teneros a vosotros para ayudarme a rectificar los errores que vaya cometiendo y no sea capaz de ver. Sea en el papel que habeis tenido hasta ahora o en otro distinto, os quiero a todos en el libro de mi vida. Los cambios de rol no siempre son buscados o esperados, lo sé, pero no tiene porqué ser malos y espero que sean para bien, sino, ni los habría planteado.
Sois los lectores de mi vida, de vuestra vida y de la vida de la gente que os rodea. Querais o no, siempre estais leyendo pequeños párrafos y decidiendo si quereis seguir con una lectura que os atrae y engancha o, si por el contrario, preferís cerrar para siempre un libro que os aburre. Ya sé que mi vida no es aburrida... aunque no intento que sea así, en muchos momentos agradecería viajar en barco en vez de en avión.
Cada página de un libro es una nueva aventura por vivir, cada párrafo que avanzas puede ser una sorpresa inesperada... espero estar a la altura de los acontecimientos y seguir redactando mi vida, al menos, como hasta ahora.
2 comentarios:
—Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se
parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi
vida estará llena de sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos
me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y
además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí
algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos
dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un
recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.
El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
—Por favor... domestícame —le dijo.
—Bien quisiera —le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y
conocer muchas cosas.
—Sólo se conocen bien las cosas que se domestican —dijo el zorro—. Los hombres ya no tienen
tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan
amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
—¿Qué debo hacer? —preguntó el principito.
—Debes tener mucha paciencia —respondió el zorro—. Te sentarás al principio un poco lejos de
mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de
malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
El Principito, Antoine de Saint-Exupery
Es a ti a quien hay que dar gracias, y a ti te doy las gracias por haberme domesticado.
Bonito comentario, antemil. El Principito es de los pocos libros cuyo significado varía cada vez que lo lees. Y por eso es un libro Grande.
Y tritinia, conque mantengas el blog abierto y lo utilices para estas cosas será suficiente para seguir el contacto aunque la gente se separe.
Por cierto, en qué barco exactamente querrías viajar? xD
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