viernes, 20 de febrero de 2009

Oro negro

Pongo el botón en encendido y preparo la maquinaria. La fatiga me juega una mala pasada y hace que el percutor se me resbale de las manos y vaya a parar al suelo. A mi lado alguien levanta la vista de su trabajo y me mira sin verme, sólo ve el vapor que sale por los bordes de la máquina. La promesa del oro negro.

Recojo la pieza caída y compruebo la manivela. Una de las piezas está desnivelada, así que la saco y la vuelvo a colocar, precisión milimétrica para un resultado óptimo. Una vez satisfecha cojo la carga y la coloco sobre su receptáculo. Utilizo el percutor para golpearla, cuanto más prensado mejor. Añado un poco más de carga y vuelvo a prensarla, ese es el secreto.

Coloco la manivela en la máquina ya caliente y preparo los recipientes. Todo está listo. A mi lado noto una presencia, alguien viene a recoger su parte de la recompensa. Le doy al botón de encendido y me retiro por miedo a que la presión de la máquina haga que todo falle.

Todo sale bien y, llegado el momento adecuado, desconecto la máquina y contemplo el resultado. Negro, con cuerpo, aromático... un café perfecto para una mañana que empieza a mejorar.

5 comentarios:

Quique dijo...

je, en ciencias el oro negro pasa por repetir hasta cuatro veces al idiota del camarero lo que quieres...

P.D: si el percutor se va muchas veces al suelo, puede romperse. ten cuidado con la fatiga ;)

Ferguson dijo...

Esta no era la entrada que necesitaba mi foto, verdad?

Miauz dijo...

Quique: Es de plástico, es difícil que se rompa.

Fergu: No, esta se me ocurrió sobre la marcha xDD

Anónimo dijo...

Pues yo que pensaba que era algo sobre petróleo y el lejano oeste (vaya imaginación la mía) y al final es sobre café xD

Si es que los lunes a primera hora son muy malos... En fin, saludos con cafeína para los dormidos.

Miauz dijo...

Hombre, era la idea xDD

Y sí, los lunes son mu malos.