martes, 23 de mayo de 2006

Rosa de los Vientos

Norte, Sur, Este y Oeste. Cuatro puntos cardinales, cuatro posibles caminos.



No parece muy difícil escoger uno. Puedes hacerlo descartando alguno, buscando sus defectos y las incompatibilidades que encuentres para el resto de planes que tengas. Descartemos el Sur, por su calor y porque bastante al Sur estamos ya.

Norte, Este y Oeste. La decisión parece haberse simplificado, pero entonces te das cuenta de que aparte de estas tres direcciones hay otras, Noreste y Noroeste, sin calentarnos mucho la cabeza. ¿Y ahora qué hacemos? Algunas de las razones que nos permitieron descartar el Sur pueden aplicarse de nuevo a ciertas direcciones restantes, pero no todas, y además hay nuevas opciones y nuevas incógnitas a las que hacer frente.

Simplifiquemos el problema, al Norte sabemos que vamos a ir. Así que decidamos entre Este y Oeste y luego pasaremos a ver cuánto subimos.

El Oeste... Wild West, tan lejano, pero a la vez tan atrayente, el país sin historia y que obvia su futuro con orgullo, lo importante es el presente. Lugar de oportunidades, pero tan difícil alcanzarlo y tan costoso subsistir en él. Nadie negará que es a la par aterrador y atractivo, no lo podemos descartar fácilmente, pero elegirlo sin más tampoco es algo tan obvio.

El Este... una comunidad en la que es fácil moverse y que te acepten, sin necesidad de complicaciones burocráticas que nos traben el ya difícil camino. Pero tantas culturas, tanta historia, tantos idiomas y tantísimas opciones. Oportunidades únicas y trabajos miserables se confunden en un mar de ofertas diseñadas para confundirte. La comodidad de poder volver a casa en unas pocas horas se ve nublada por la falta de oportunidades reales para la gente de a pié.

No hay manera sencilla de escoger. Cualquier decisión puede conllevar un error, pero no atreverse a actuar ha dejado de ser uno de mis defectos. Voy a hacerlo, antes o después, cerca o lejos, sola o acompañada... pero sin olvidar nunca lo que deje atrás.

7 comentarios:

Ferguson dijo...

Y el lejano oeste? Yo es que si no estoy andando en el futuro entre neones de dragones mientras llueve no me sentiré pleno xD

Ferguson dijo...

Donde dije "oeste" quise decir "este" xDD O bueno, da igual. El mundo es modular.

Anónimo dijo...

por cierto, hija, lo de los blogs existenciales es en días esporádicos o siguen un patrón predecible?

Miauz dijo...

¿Le pedirías un patrón al Caos? No me lo pidas pues a mí.

Anónimo dijo...

Noroeste, hacia el fin del mundo conocido, hacia el cabo Finisterre, donde el mar y el cielo son solo uno, y la espumosa superficie se funde en la niebla, mientras el viento grita por todos aquellos que allí perdieron la vida, siendo testigos las grandes rocas eregidas por una mano caprichosa que zigzaguean sin rumbo fijo. Noroeste, sin duda alguna, hacia el fin del mundo, hacia el fin de la vida.

Anónimo dijo...

Escojas el camino que escojas no olvides echar unas miguitas de pan (o alguna cosa más consistente mejor) para encontrar el camino de vuelta, aunque mientras tanto siempre estarás todo lo "cerca" de aquí que quieras.
Un besote

Anónimo dijo...

Se me olvidaba.
No hay manera sencilla de escoger. Cualquier decisión puede conllevar un error, pero no atreverse a actuar ha dejado de ser uno de mis defectos. Voy a hacerlo, antes o después, cerca o lejos, sola o acompañada... pero sin olvidar nunca lo que deje atrás.

Ya sabes lo que dijo gente de buen tintero:

Nuestras dudas son traidoras, y nos hacen perder lo que podríamos obtener por temor a intentar.

El que algo arriesga algo pierde, pero el que no arriesga lo pierde todo.

Algún día yo también sabré hacerles caso, algún día, espero...

Ah, y posiblemente el lugar más lejano al que puedas ir es a tu interior.